Hay fotos que no requieren nada especial. Basta con estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Como en el caso de esta foto: Kioto durante el momiji. Los árboles se vuelven rojos y está todo precioso, no importa hacia dónde apuntes la cámara. Aquí, el rojo de los árboles sirve de contrapunto para ese mono que parece ensimismado en sus pensamientos. Quizás era lunes y se le hacía cuesta arriba...
Buenos días. Y ánimo con el lunes